Hola, espero que hayan descansado estos días santos. Las lecturas para nuestra próxima clase son:
*Julio Ramón Ribeyro, "Los gallinazos sin plumas", "El profesor suplente" y "Sólo para fumadores" en Cuentos completos, Madrid, Alfaguara, 1994.
*Alfredo Bryce Echenique, "Muerte de Sevilla en Madrid", en La felicidad já,já, Barcelona, Barral, 1974.
Julio Ramón Ribeyro
Alfredo Bryce Echenique

A continuación les copio el decálogo del "buen cuentista" de Julio Ramón Ribeyro para ir pensando en la discusión de nuestra clase.
1. El cuento debe
contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que
el lector pueda a su vez contarlo.
2. La historia del cuento puede ser real o
inventada. Si es real, debe parecer inventada, y si es inventada, real.
3. El
cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
4.
La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o
sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos, no
existe como cuento.
5. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin
ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.
6. El
cuento debe mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
7. El cuento
admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola,
informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se
diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
8. El cuento debe
partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los
obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
9. En el cuento no
debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente
imprescindible.
10. El cuento debe conducir, necesaria, inexorablemente a un
solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es
que el cuento ha fallado.
La observación de este decálogo, como es de suponer,
no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es
transgredirlo regularmente, como yo mismo he hecho. O aún mejor: inventar un nuevo
decálogo.